Carta a mi niña interior

Te honro, te admiro y te respeto.

Cómo empezar cuando hay tanto por decir..

Primero que nada quiero darte las gracias, por mantenerte tan arraigada a mi y nunca dejarme sola. Uno pensaría que el adulto en mi fue quien me ha llevado hacia donde estoy pero la verdad es que fuiste tu, yo solo tome las riendas del camino pero haz sido tu quien me ha guiado a través de tu inocencia, tus sueños, tu compasión, tu manera de no tomarte todo tan enserio y divertirte en el proceso, tu capacidad de bailar donde sea y cuando sea (los conciertos en la cocina o en la habitación cuando estás contenta), tu capacidad de asombro ante lo que sea que acabes de descubrir, tu inmenso gusto por aprender, la eterna estudiante que hay en ti, tu lado creativo que te permite experimentar sin importar el resultado sino por el simple gozo de hacerlo.. la lista podría seguir y seguir pero lo que más te agradezco es el nunca dejar de confiar en mi. Gracias porque cuando no me sentía capaz me recordabas que si podía, gracias porque cuando estaba triste y perdida una sola foto tuya bastaba para darme el impulso de intentarlo y seguir adelante.. gracias porque entendí que me he ido convirtiendo en la adulta que necesitabas y admirabas… y míranos, viviendo en un mismo cuerpo en donde la adulta es quien toma las decisiones pero tu me guías con el corazón. 

A ti mi niña interior: te honro, te admiro y te respeto.. amo cuando vemos películas de princesas o te emocionas por un trailer de una película de niños que está por salir, me encanta que sigas comprando ropa y cosas de Minney o Mickey Mouse y de princesas, me encanta que sigas siendo la niña de los plumones y te vuelvas loca en una papelería comprando stickers como cuando lo hacías antes de entrar a clases, me encanta nuestro sentido del humor y que siempre te das la oportunidad de intentar lo que sea que tengas en tu mente porque no sabes cargar con el arrepentimiento de no haberlo intentado. (Y quien diría, hasta empezaste a  goooozar de armar legos).

A ti mi niña interior: me he embarcado en un largo e incómodo proceso de conocerme, de introspección y me he dado a la tarea de buscar herramientas para sanar para así poder reencontrarme con esas partes de mi que guardaban mucho dolor y necesitaban ser atendidas así como aquellas partes dormidas por cosas de la vida, pero ya no más. Te pido perdón por todas esas veces que no te escuché, que no te honré pero este trabajo personal (el cual nunca termina y es para toda la vida) es por ti y juntas iremos agarradas de la mano en el camino, con compasión, ternura, aceptación y emocionadas por todo lo que nos toca por vivir.

A ti mi niña interior, gracias por tu eterna compañía. 

Y también parte de este trabajo interno se la dedico a mis futuros hij@s, que aún y todavía no existan en este plano terrenal ya los amo con cada fibra de mi ser y tengo una conexión con ustedes que me impulsan a seguir trabajando en mi para poder traerlos a la vida desde una versión más sana y consciente (sin hacer a un lado los errores que voy a cometer pero siempre con disposición de aceptarlos y trabajarlos) y que de algo no les quede duda…ustedes son mi motor, mi razón de ser y no necesito verlos físicamente para ya amarlos. Podré tener muchas dudas en mi vida, pero nunca lo ha sido el algún día ser madre y ansío poder celebrarlos y honrarlos en un futuro este día del niño .

Con cariño, Laura E.